"Llevaba muerto mucho tiempo.
Con un tremendo sobresalto se dió cuenta de que ya no estaba muerto.
Además de la sensación crecientemente vívida de su yo, seguía siendo consciente de la tierna red de la que se estaba separando. Desde su tejido, los seres a los que quería le tendían las manos, llamándole, buscando una comunión más.