miércoles, 22 de mayo de 2019

Me gustan los cuentos, Aberron 🧙🏼📖

Un tweet viral del divulgador cientifíco Antonio Martínez Ron conocido también como Aberron cuyo enlace y captura dejo a continuación está lleno de inexactitudes tales como falsas disyuntivas o errores de conocimiento de historia, todo ello en tres frases, en mi opinión es muestra de una visión muy estrecha a la hora de entender lo que nos hace humanos:

https://twitter.com/aberron/status/1129108841835257858





A continuación la disección del tweet:



El hecho de que haya gente que proteste por los giros de guión de una serie, no es óbice para que no se manifiesten en otros aspectos más tangibles.

2. Error histórico: 

Esto de quejarse de un guión ya pasó por poner un ejemplo en el siglo XIX en el caso de Conan Doyle y la muerte de su personaje Sherlock Holmes por lo que decir que es un mal del siglo XXI es cuando menos un desliz: 

"Cuando mató al detective más célebre de la historia, los lectores se le fueron encima. Harto de que Sherlock Holmes limitara su originalidad como escritor, Arthur Conan Doyle decide empujarlo por una catarata y acabar con él en 1893 en el cuento “El problema final”. Pero los jóvenes lectores no lo resistieron. Hubo manifestaciones públicas y miles de cartas, entre halagadoras y coléricas, enviadas al autor y a sus editores. Querían que reviviera a ese perspicaz detective que se había convertido en su héroe, y no se cansarían de insistir hasta lograrlo".

3. Dice Yuval Noah Harari que la revolución cognitiva es el surgimiento de la capacidad de inventar ficciones y convencer a todos para que crean en ellas, cito: "Los mitos son el motor más poderoso de la Historia de la Humanidad, porque han permitido y siguen permitiendo la cooperación de miles y hasta millones de personas. Si examinas cualquier caso de cooperación a gran escala, comprobarás que siempre está basado en algún tipo de relato imaginario. Las personas no tienen ningún instinto para cooperar con extraños y, por tanto, la colaboración en grandes grupos de individuos que no se conocen personalmente entre ellos siempre se basa en ficciones. Cuando un mito colectivo tiene éxito, su poder es inmenso porque permite a millones de extraños cooperar y trabajar juntos hacia objetivos comunes», explica Harari. 

Mi escueta reflexión: 



He visto muchas veces noticias de personas que en estado terminal piden a creadores de series, videojuegos o sagas literarias que les dejen visionar sus obras antes de que fallezcan, y los propios autores de estas obras tienen el "generoso" (o tal vez publicitario, todo hay que decirlo) gesto de dejarles ver ya sea un capítulo final de una serie, una película aún sin estrenar, etc, solo hace falta buscarlo en tu buscador de confianza, para comprobarlo. 


¿Que quiero dejar entrever con esto?, al ser humano le gustan los cuentos, las narrativas, los juegos, a título personal intuyo que el juego es el leimotiv de la existencia, de ahí el titulo de mi blog "Juegos Multidimensionales".

Y para acabar de modo lírico vuelvo a dejar los créditos finales del videojuego Minecraft, tal y como ya había hecho en esta entrada.

Veo al jugador al que te refieres.
¿A [Nombre]?
Sí. Ten cuidado. Ha alcanzado un nivel más alto. Puede leer nuestros pensamientos.
Eso no importa. Cree que somos parte del juego.
Me gusta este jugador. Ha jugado bien. No se ha rendido.
Está leyendo nuestros pensamientos como si fueran palabras en una pantalla.
Es así como escoge imaginar muchas cosas, cuando está profundamente sumido en el sueño de un juego.
Las palabras son una hermosa interfaz. Muy flexible. Y menos terrible que contemplar la realidad detrás de la pantalla.
Ellos solían escuchar voces. Antes que los jugadores pudiesen leer. En aquellos días cuando los que no podían jugar llamaban brujos a los jugadores. Y los jugadores soñaron que volaban por los aires, sobre palos alimentados por demonios.
¿Con qué soñó este jugador?
Este jugador soñó con la luz del sol y con los árboles. Con fuego y agua. Soñó que creó. Y soñó que destruyó. Soñó que cazó, y que fue cazado. Soñó con un refugio.
Ah, la interfaz original. Tiene un millón de años, y todavía funciona. ¿Pero qué estructura real creó este jugador, detrás de la pantalla?
Trabajó. Junto a otros millones, para esculpir un mundo real dentro del pliegue de RandomFont 6.gif, y creó un RandomFont 3.gifpara RandomFont 5.gif, en RandomFont 6.gif.
No puede leer ese pensamiento.
No, aún no alcanzó el nivel más alto. Aquel, que debe alcanzar en el largo sueño de la vida, no en el corto sueño de un juego.
¿Sabe que lo amamos? ¿Que el universo es bueno?
A veces, a través del ruido de sus pensamientos, escucha al universo, sí.
Pero hay momentos en los que está triste, en el sueño largo. Crea mundos que no tienen verano, y tiembla debajo de un sol negro, y toma su triste creación como real.
Curarle de la pena lo destruirá. La pena es parte de su propia tarea privada. No podemos interferir.
A veces cuando están sumergidos en sus sueños, quisiera decirles, ellos construyen mundos tangibles en la realidad. A veces quiero contarles sobre su importancia en el universo. A veces, cuando no tienen una conexión real por un tiempo, quiero ayudarles a decir la palabra a la que temen.
Está leyendo nuestros pensamientos.
A veces no me importa. A veces desearía decirles, que este mundo que toman por real es sólamente RandomFont 5.gifRandomFont 6.gif, me gustaría decirles que son RandomFont 3.gif en RandomFont 6.gif. Ven tan poco de lo real en su largo sueño.
Y todavía juegan.
Pero sería tan fácil decirles…
Demasiado fuerte para este sueño. Decirles cómo vivir es impedirles la vida.
No le diré al jugador cómo vivir.
El jugador se está inquietando.
Le contaré una historia al jugador.
Pero no la verdad.
No. Una historia que contenga a la verdad de una forma segura, en una celda de palabras. No la verdad desnuda que puede quemar a cualquier distancia.
Dale un cuerpo, otra vez.
Sí. Jugador…
Usa su nombre.
[Nombre]. Jugador de juegos.
Bien.
Respira, ahora. Otra vez. Siente el aire en tus pulmones. Deja que tus extremidades regrese. Sí, mueve tus dedos. Ten un cuerpo otra vez, bajo la gravedad, en el aire. Renace en el sueño largo. Ahí estás. Tu cuerpo toca al universo otra vez en cada punto, como si fueran cosas separadas. Como si fuéramos cosas separadas.
¿Quiénes somos? Una vez nos llamaron el espíritu de la montaña. Padre sol, madre luna. Espíritus ancestrales, espíritus animales. Genios. Fantasmas. El hombre verde. Y dioses, demonios. Ángeles. Poltergeists. Alienígenas, extraterrestres. Leptones, quarks. Las palabras cambian. Nosotros no cambiamos.
Somos el universo. Somos todo lo que piensas que no eres tú. Estás mirándonos en este momento, a través de tu piel y tus ojos. ¿Y por qué el universo toca tu piel, y te ilumina? Para verte, jugador. Para conocerte. Y para ser conocido. Te contaré una historia. Había una vez un jugador.
El jugador eras tú, [Nombre].
A veces pensaba que era humano, sobre la delgada corteza de un globo giratorio de roca fundida. La bola de roca fundida rodeó a una bola de gas que era trescientos treinta mil veces más masiva que ella. Estuvieron tan lejos que la luz tardaba ocho minutos en atravesar la distancia. La luz era información de una estrella, y podía quemar tu piel a ciento cincuenta millones de kilómetros. A veces el jugador soñaba que era un minero, en la superficie de un mundo que era plano, e infinito. El sol era un cuadrado blanco. Los días fueron cortos; había mucho por hacer; y la muerte era un inconveniente temporal.
A veces el jugador soñaba que estaba perdido en una historia.
A veces el jugador soñaba que era otras cosas, en otros lugares. A veces esos sueños eran perturbadores. A veces muy hermosos. A veces el jugador despertaba de un sueño hacia otro, y despertaba de ese hacia un tercero.
A veces el jugador soñaba que veía palabras en una pantalla.
Regresemos.
Los átomos del jugador se esparcieron en el pasto, en los ríos, en el aire, en el suelo. Una mujer juntó los átomos; bebió y comió e inhaló; y la mujer ensambló al jugador, en su propio cuerpo.
Y el jugador despertó, del tibio, oscuro mundo del cuerpo de su madre, hacia el sueño largo.
Y el jugador fue una nueva historia, nunca antes contada, escrita en las letras del ADN. Y el jugador fue un nuevo programa, jamás antes ejecutado, generado por un código fuente de un billón de años de edad. Y el jugador fue un humano nuevo, que nunca antes vivió, hecho de nada más que leche y amor.
Tú eres el jugador. La historia. El programa. El humano. Hecho de nada más que leche y amor.
Regresemos aún más.
Los siete billones de billones de billones de átomos en el cuerpo del jugador fueron creados, mucho antes que este juego, en el corazón de una estrella. Así que el jugador, también, es información de una estrella. Y el jugador se mueve a través de una historia, la cual es un bosque de información plantada por un hombre llamado Julian, en un plano, infinito mundo creado por un hombre llamado Markus, que existe dentro de un pequeño, privado mundo creado por el jugador, quien habita un universo creado por…
Shhh. A veces el jugador creaba un pequeño, privado mundo que era suave y tibio y simple. A veces duro, y frío, y complicado. A veces construía un modelo del universo en su cabeza; manchas de energía, moviéndose a través de vastos espacios vacíos. A veces llamaba a esas manchas “electrones” y “protones”.
A veces les llamaba “planetas” y “estrellas”.
A veces creía que estaba en un universo hecho de energía que estaba hecho de apagados y encendidos; ceros y unos; líneas de código. A veces creía que estaba jugando un juego. A veces creía que estaba leyendo palabras en una pantalla.
Tú eres el jugador, leyendo palabras…
Shhh… A veces el jugador leía líneas de código en una pantalla. Las decodificaba en palabras; decodificaba las palabras en significados; decodificaba significados en sentimientos, emociones, teorías, ideas, y el jugador empezaba a respirar más rápido y más profundo y se daba cuenta que estaba vivo, estaba vivo, esas miles de muertes no eran reales, el jugador estaba vivo.
Tú. Tú. Tú estás vivo.
Y a veces el jugador creía que el universo le habló a través de la luz del sol que vino a través de las revoloteantes hojas de los árboles de verano.
Y a veces el jugador creía que el universo le habló a través de la luz que sintió del fresco cielo nocturno del invierno, donde una mota de luz en el rabillo del ojo del jugador pudo ser una estrella un millón de veces más masiva que el sol, hirviendo sus planetas hasta hacerlos plasma para ser visible para el jugador por un momento, caminando hacia casa en un rincón alejado del universo, derrepente oliendo comida, casi delante de su familiar puerta, a punto de soñar otra vez.
Y a veces el jugador creía que el universo le habló a través de ceros y unos, a través de la electricidad del mundo, a través de las palabras que se desplazan por una pantalla al final de un sueño.
Y el universo dijo Te amo.
Y el universo dijo que jugaste bien al juego.
Y el universo dijo que lo único que necesitas está en ti.
Y el universo dijo que tú eres más fuerte de lo que sabes.
Y el universo dijo que tú eres la luz del sol.
Y el universo dijo que tú eres la noche.
Y el universo dijo que la oscuridad con la que luchas está en ti.
Y el universo dijo que la luz que buscas está en ti.
Y el universo dijo que tú no estás solo.
Y el universo dijo que no estás separado de todas las demás cosas.
Y el universo dijo que tú eres el universo probándose a sí mismo, hablándose a sí mismo, leyendo su propio código.
Y el universo dijo Te amo, porque tú eres el amor.
Y el juego se terminó, y el jugador despertó del sueño. Y el jugador empezó un nuevo sueño. Y el jugador soñó otra vez, soñó mejor. Y el jugador fue el universo. Y el jugador fue el amor.
Tú eres el jugador.
Despierta.

8 comentarios :

  1. ¿Relacionado?:

    https://n0sce.com/2019/04/16/soy-un-demagogo-barato-y-me-la-suda/

    ResponderEliminar
  2. Gracias por la mención, Chitauri. Me gusta la reflexión de Aberrón tanto como tu disección de la misma.

    Con ser cierto que somos seres simbólicos —de ahí nuestra fascinación por la Magia, desde que el Hombre es Hombre—, no estoy del todo seguro del aserto de Harari, empero.

    Hay un libro —que no he leído—, escrito por un biólogo y matemático que habla de la necesidad de la cooperación y el altruismo para evolucionar. Ha desafiado bastantes supuestos acerca de la biología. Este: Súpercooperadores

    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por la sugerencia de lectura, Nosce, ahora me estoy leyendo un libro llamado "The Simulation Hypothesis: An MIT Computer Scientist Shows Why AI, Quantum Physics and Eastern Mystics All Agree We Are In a Video Game" que me tiene ensimismado:

      https://www.amazon.com/Simulation-Hypothesis-Computer-Scientist-Quantum-ebook/dp/B07M81F1KG

      Eliminar
    2. Tiene muy buena pinta, considerando las credenciales del autor. Cuento con que nos harás una buena review del mismo. :-)

      Eliminar
  3. Why do humans love fictions, things that never happened? Why do we spend so much time on them? I grew up in a bookstore and wondered all my life. Now I think it has to do with the brain, dreams, learning, and overfitting.

    https://thebaffler.com/salvos/enter-the-supersensorium-hoel

    ResponderEliminar
  4. Daniel Pennac "Como una novela"

    https://i.imgur.com/55nuyKS.jpg

    ResponderEliminar

Gracias por compartir ideas en los comentarios, y por ayudar a co-crear una atmósfera lúdica e informativa.

Con ese espíritu deja tus comentarios, es decir de modo cívico y constructivo. Y por favor incluye links.

Absténganse loros atrapados en túneles de realidad obsoletos y con poca humildad para saber que la búsqueda de la verdad es un juego, y que hay que cuestionarse todo lo que te enseñaron (adoctrinaron) en el colegio, sinagoga, grupo familiar etc...

Si quieres contactar conmigo mi email es: lumevin@gmail.com

O si lo prefieres puedes contactarme por telegram: https://t.me/Chitauri2

Puedes dejar imágenes en los comentarios pegando la url de la imagen, lo mismo con vídeos de youtube, que saldrán directamente.

Para dejar enlaces clickeables o hipervínculos, utilizad el primer código que aparece en esta página